viernes, 16 de diciembre de 2016

«El pueblo del Congo necesita una revolución» BK Kumbi

La tensión en la República Democrática del Congo aumenta cada día. El gigante del corazón de África ve cambiar a sus presidentes solo mediante la violencia o mediante elecciones amañadas. Su ansiada tierra y sus deseadas riquezas hacen que sea un país bajo ocupación oculta a plena luz del día, en guerra silenciada que se cobra más víctimas que ningún otro conflicto en el mundo. El país de Lumumba debe recuperar su soberanía, debe hacer gala de su inteligencia y debe ofrecer justicia a las vícitimas del genocidio atroz que está sufriendo.

El día 19 de diciembre de 2016, a las 12 de la noche, se cumple el plazo para que Joseph Kabila abandone la presidencia que ha ocupado durante dos mandatos. Lo que reza la constitución. Pero el presidente, impuesto desde el exterior desde el principio, no dice nada. Su gobierno no ha organizado las elecciones. Se dice que no es posible organizarlas por lo menos hasta 2018, que no hay dinero… en el trozo de planeta más rico que existe… El entorno cleptócrata del presidente Kabila y su ejército, dirigido por ruandeses, reprime salvajemente las protestas en la calle. Encarcelan a los activistas y tratan de mantenerse en el poder. Pero les ha llegado la hora de partir. Es en este momento cuando los congoleños debieran prestar más atención a su historia para no repetirla. Que no se fien de los apoyos extranjeros para protestar ahora, que no se fíen de los políticos de oposición que no hablan de lo importante, solo prometen más de lo mismo. Ahora es el momento de pensar ¿Qué es lo más importante para el Congo?