De los 55 países de África, 39 condenan en diversos grados la homosexualidad, con multas y/o penas de prisión, e incluso la pena de muerte en algunos casos como Mauritania y Sudán, donde la ley -islámica- puede condenar a pena de muerte a los reincidentes, así como en algunos estados del norte de Nigeria y en algunos estados del sur de Somalia. En Lesotho, por ejemplo, la sodomía se legalizó en 2012.
Se supone que Malawi está en proceso de cambiar sus leyes, ya que en 2012, la presidenta Joyce Banda suspendió todas las leyes que criminalizan la homosexualidad. Pero los últimos acontecimientos van más bien en dirección contraria, ya que en las pasadas elecciones del 20 de mayo de 2014, Joyce Banda perdió estrepitosamente el cargo frente a Peter Mutharika, hermano menor del antiguo presidente, Bingu Wa Mutharika, abiertamente homófobo.
Sudáfrica es el único país que recoge expresamente leyes contra la discriminación de los homosexuales. En algunos países la realidad dista mucho de la ley, como es el caso de Egipto, donde en teoría es legal ser homosexual, pero en la práctica los homosexuales son perseguidos y discriminados; tampoco está ilegalizada en Malí, Níger ni Chad, también en teoría.